La situación en Tigray (Etiopía), después de las negociaciones de paz sigue siendo crítica.

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El conflicto armado vivido durante los dos últimos años ha dejado grandes secuelas en el territorio que ya presentaba unas difíciles condiciones de vida para sus habitantes previamente. Desde que la guerra estalló en noviembre de 2020, el gobierno bloqueó completamente la región, cortando carreteras, aeropuertos, líneas de teléfono, electricidad y bancos e incluso limitando el acceso de la prensa y la ayuda humanitaria. Se estima que más de 600.000 combatientes y civiles han muerto, al menos 60.000 personas se han visto obligadas a buscar asilo en Sudán y más de dos millones de personas se han visto obligadas a desplazarse a nivel interno en el país. La hambruna se ha extendido por el territorio durante los dos últimos años, y la falta de saneamiento e higiene ha agravado todavía más la situación, ampliando el riesgo de la población de contraer enfermedades como el ébola. 

Viviendas destruidas, hospitales y centros de salud saqueados, así como escuelas, aldeas enteras abandonadas, sin acceso a Internet….la población en Tigray todavía vive una crisis humanitaria y de derechos humanos que requiere de una respuesta urgente.  ¡COLABORA!